La diferencia está en que los gastos de reparación y conservación tales como los de sustitución de instalaciones de calefacción, ascensores, puertas de seguridad, etc son gastos deducibles.
En cambio, los gastos de mejora de los bienes inmuebles no serán deducibles en tu declaración de la renta, al tener como propósito aumentar el valor de adquisición de los mismos.