Las acciones preferentes son mejores que las ordinarias porque te dan ventajas, como el derecho a cobrar el dividendo primero. Cuando ganas dinero con ellas, debes pagar impuestos y hay una tasa del 19,5%. Pero puedes restar los gastos que hayas tenido para comprar o vender las acciones. Cuando las vendes, se considera ganancia o pérdida y no hay que pagar impuestos extra.